Lechona del Espinal
- Juana
- 4 jun 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 29 jun 2018
Los 34 grados de temperatura hacen que la garganta se seque y que unas cuantas gotas de sudor se hagan presentes. Observar la imponente figura que encontramos mientras damos vuelta al romboy nos recuerda que hemos llegado al Espinal, la tierra de la Tambora. Ese es el punto donde se unen las carreteras que del Espinal llevan a Neiva e Ibagué, intersección que además de representar la llegada a esta tierra, muestra y enaltece mágicamente ese instrumento de percusión que es muy utilizado en la música folclórica de la región.
Espinal, es el lugar de mágicas costumbres que recibe a millones de turistas todos los años en el mes de junio, pues sus fiestas son una de las más eufóricas y asistidas del centro del país. Lo bonito es recorrer sus calles y saber que en cada rincón hay algo por observar, por admirar y por querer acercarse, gente cálida que te recibe de la mejor manera; fiesta, algarabía y como no, la mejor comida típica por degustar es lo que te espera al llegar a este cálido lugar.

Después de apreciar la majestuosidad de la figura de la tambora dando la bienvenida al pueblo, se podrá encontrar el parque mitológico, un espacio de 5.200 metros cuadrados abierto las 24 horas para el público. Este lugar resulta muy atractivo, pues aquí se pueden apreciar las estatuas que representan algunas de las leyendas populares más arraigadas a la región del Tolima. Apreciación que podemos hacer dándole frescura a nuestro paladar, con una fría y deliciosa limonada, o por qué no, con un helado y dulce raspado. Sillas, amabilidad y bebida es lo que te brindan mientras aprecias la belleza de este lugar. Pero eso no es todo, en sus alrededores cuenta con múltiples establecimientos que acogen a los turistas, lugares que brindan desde hospedaje y comida, hasta rumba y algarabía.
Para terminar, es oportuno recomendar esos exquisitos establecimientos; Manjares Zulima es uno de ellos y se encuentra ubicado en la esquina principal del parque mitológico, es de esos lugares donde podrás sentirte como en casa. Don René con su traje típico siempre impecable, recibe a la gente que llega hasta ahí con una amplia sonrisa y con su acento tolimense bien marcado. Achiras, chicha, quesillos, entre otras delicias, son el menú que nos ofrece al abordar el sitio. Pero la boca se hace agua cuando nos muestra y brinda la exquisita y típica lechona que reposa sobre un bandeja gigante, lista para servir y degustarnos. Con la mayor de la seguridad, es posible afirmar que esta es la mejor lechona que se puede probar al llegar a la tierra de la tambora.
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